Descripción
Por fin me enfrento a la responsabilidad que supone contar con una actriz como Chelo Vivares. Tengo en las manos ese potencial y lo exprimo al máximo.
A partir de relatos más o menos biográficos que me contaba la madre de Chelo, Cristeta Miñana, actriz de mediados del siglo XX, que fue mi amiga y confidente en largas sobremesas en las que primaba el humor negro, el escepticismo de ella y mi fascinación.
Este conglomerado de pequeñas anécdotas va convirtiéndose en homenaje a todas aquellas actrices que bregaron con la posguerra y más.
Un filtro de entrañable poesía para la vida real de estas cómicas ambulantes.
Hugo Pérez de la Pica