Una mujer árabe, víctima de una guerra que golpea su país, sobrevive en un campo de refugiados sirio. Desde este espacio de pobreza y dolor evoca su pasado, su juventud, la felicidad perdida, su familia, sus amores, sus anhelos, sus esperanzas, la danza, la música, la poesía. Una habitante del dolor

Manar, es un nombre árabe de mujer que, desde el poderío de su sonoridad, nos invita a penetrar en la vida de la protagonista, a través de la interpretación de las diferentes etapas vitales y emociones de su existencia, a través de la poesía, de la música y de la danza, elementos que enfatizan la expresión de las diferentes realidades por las que transita nuestra protagonista.

Manar, demuestra que lo que se escribió hace una década, ahora mismo está de actualidad.Siria es un país destruido por el afán de poder de unos y, por intentar imponer unas leyes y un modo de vida los otros. La convivencia se hace imposible cuando los intereses son distintos y, siempre pagan los mismos, los más débiles, a los que los “países civilizados” han dejado abandonados a su suerte porque ya nos les quedan beneficios que obtener de momento –ya vendrá la reconstrucción- pero eso ahora, es otra historia.

Gran esfuerzo de todos los integrantes de Teatro Proscrito para llevar a buen término  una obra muy difícil de interpretar, en la que la actriz, Sabela Hermida da vida a Manar. En su interpretación, está acompañada de Hames Bitar (Laúd) y Luis Taberna (Darbuka), envolviendo a los espectadores con su música para que no se queden indiferentes ante los acontecimientos que podíamos pensar pasados y, que cada día cobran más actualidad.

Manar nos ayuda a entender el cambio que realizan las personas en función del lugar dónde hayan tenido la suerte de nacer. La mujer de países como Siria, en las distintas etapas de su vida, va experimentando y sufriendo los cambios que realizan los que están a su alrededor, que intentan imponer sus criterios en función de sus circunstancias e intereses particulares.

Sabela Hermida, actriz y bailarina, ha sido elegida por el autor y director de la obra para encarnar a Manar, por considerarla la intérprete adecuada por sus dotes vocales y dramáticas para dar vida a una mujer sensible y fuerte que busca sobrevivir en medio de los duros avatares que a los derrotados les espera en un campo de refugiados. A ella, no le cuesta interpretar el personaje de Manar porque es una persona muy comprometida con todo lo que le sucede a la protagonista.

El texto fue publicado a principios de la pasada década por la Revista Galega de Teatro, como separata, y con el título de “Campo Sur”, en una edición que contó con el prólogo del crítico y estudioso Manuel Vieites, actual director de la Escola Superior de Arte Dramático de Galicia. Ahora, adopta como título el nombre de la protagonista, ya que el tiempo ha ido convirtiendo a Manar en el epicentro de la pieza.

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